Hace unos días decidí volver a enamorarme…enamorarme de lo absurdo, de lo ilógico, de lo que se siente sin si quiera saber por qué, decidí enamorarme del viento, de los amaneceres, de las calles de México, de lo que esta en mis manos cambiar y de lo que no, decidí enamorarme de mi y de mi alrededor antes de enamorarme de alguien.

Del ruido de los coches en mi ciudad, de mi perro y de su emoción cuando lo saco a pasear, de mis sueños… ese de recorrer el mundo, el de vivir lejos, el de ver una aurora boreal quizá en Canada o en Groenlandia, aún no lo se. Enamorarme de mi pasado pero mucho más de mi presente entregándome por completo, para de esta forma recibir a mi futuro con los brazos abiertos.
Decidí enamorarme del silencio, ese que me ha hecho reflexionar mil veces de la vida, del amor, de la magia, de lo que es importante y lo que no, ese que ha sido mi fiel compañero en mis momentos de felicidad y de tristeza, decido enamorarme de las caminatas en Polanco que tanto me gustan, del Centro, de la melodía de mi vecino todas las mañanas con su desafinada guitarra y de los viajes en carretera a plena noche.
Elijo enamorarme de lo que veo todos los días, de esas comidas con mi familia, que son pocas porque entre el trabajo y la escuela nunca coincidimos en la mesa, de esas visitas a casa de mi abuela, de esa mirada maternal que tiene cada vez que me ve, de esas platicas largas de reflexión y de las risas incontrolables que casi siempre terminan en un abrazo, un te quiero y un ''GRACIAS'' de mi parte hacia ella, porque me queda claro que la sabiduría de alguien mayor se transmite muchas veces con solo una mirada.
Hablo también de esas tardes en el tráfico con mamá, esas en que conversamos de la vida, que nos da tiempo para saber mucho más de la una y la otra, porque entre claxons y aventadas de coche podemos llegar a conclusiones inimaginables juntas y por primera vez puedo decir !Bendito tráfico! si que nos ha unido.
Elijo enamorarme de los pasillos de mi universidad, de las clases de siete, de los rayones en mis cuadernos, de las desveladas acabando proyectos y de ese break para echarme un cigarro y entre risas comentar del examen imposible que acaba de pasar.
De esa nostalgia que siento cuando abandono un lugar que quiero, de los cambios, de los días en los que me doy cuenta que estoy creciendo, que ya he crecido y de todo lo que esta por venir... también hablo de mis dudas, de mis miedos, de mis ganas inmensas de comerme al mundo, del olor a café cargado por las mañanas, de mis pasos recorriendo alguna calle maravillosa del mundo, de cuando miro el cielo y de la sensación que tengo cuando pienso en alguien que ya no esta más en mi vida
También de esas platicas con mis amigas, de esos días de películas y otros de una o muchas copas de vino, de las risas, de los días tristes, de esas idas al karaoke hasta las seis de la mañana, de esas conversaciones hasta la madrugada, de mis ojeras sembradas por dormir poco y soñar mucho, de esta Navidad, de la que viene, del Año nuevo en la playa, del ruido de las olas chocando contra mis pies, de cuando cumplí 20 y lloré... de ese viaje a Los Cabos que nunca olvidare sola con papá, de la emoción de mis hermanos al abrir sus regalos, del poder de un ‘’te quiero’’ a tiempo y de un abrazo sincero.
Elijo enamorarme más de los momentos conmigo, de las tardes sola, las comidas para uno, cuando canto a todo pulmón en el coche creyendo que nadie me esta viendo, hablo de un buen libro y un pan con crema de cacahuate, de las platicas conmigo misma en voz alta, las idas al parque, los viajes hechos y los que estoy por hacer, de lo improvisado, lo repentino, de lo que me emociona y rompe la rutina, de las personas que se han convertido en hogar; De la maravilla de estar sola, que definitivamente que diferente es a la soledad…
Me enamoro del labial vino, de esas idas de compras, de mi cabello revuelto en las mañanas, de mis horas pensando que me voy a poner, de mi libreta en donde escribo todo lo que me pasa, de mi huevo estrellado fallido, de cuando me siento orgullosa de mi, de lo que me enchina la piel, lo que me llena, lo que me apasiona, de todo aquello que me hace feliz, porque con el tiempo uno aprende que la felicidad esta llena de lo sencillo, pero jamás de lo simple…
Por todo eso y mucho mas me volveré a enamorar, de lo cercano, de lo que a veces no capta mi atención, de los pasos que doy todos los días, no se cuando, ni como, pero he elegido…enamorarme real y completamente de la vida.
''Vas a enamorarte, y ya no se te va a quitar nunca.
Aunque pase el tiempo. Aunque madures.
Aunque todo termine.
Aunque ya no se llame igual.”- Anónimo
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